Descubre el Expresionismo Mediterráneo

Sumérgete en un mundo de color y emoción. 

La obra del pintor valenciano Juan Francés, del Postimpresionismo al Expresionismo mediterráneo a lo largo de 7 décadas.

Bienvenido al universo de Juan Francés

«La pintura no pretende convencer a nadie de la existencia de una verdad, sino comunicar sensaciones».

                                                    André Lothe

 

Entra y descubre un mundo donde la pintura deja de ser imagen para convertirse en emoción.

Las obras de Juan Francés —artista valenciano de alma expresionista— no se limitan a ser contempladas: se sienten, se viven. Cada trazo es un latido, cada color una emoción suspendida en el tiempo. Su paleta, rica y vibrante, teje paisajes íntimos que a veces rozan lo onírico, invitándote a mirar más allá de lo visible.

Este es un viaje sensorial a través del arte, donde la sensibilidad y la pasión se funden en una experiencia única.

Explora. Siente. Descubre.

Apuntes biográficos

Xàtiva, 19 de octubre de 1921 – 16 de mayo de 2014

«Non omnis moriar»

El pintor valenciano Juan Francés nació el 19 de octubre de 1921 en la calle Trobat de Xàtiva, tierra de grandes artistas como José de Ribera, El Españoleto. Su infancia transcurrió entre Valencia y su ciudad natal. A los nueve años regresó definitivamente a Xàtiva, donde viviría toda su vida y desarrollaría una de las trayectorias artísticas más personales del arte contemporáneo valenciano.

Desde joven mostró una viva afición por el dibujo y la caricatura, firmando sus primeras obras como Arabis. Su talento fue advertido tempranamente por su profesor de dibujo, Francisco Carreño. Tras la Guerra Civil, retomó esta pasión y, junto al caricaturista Óscar Vila, comenzó a exponer caricaturas de personajes locales en la Feria de Xàtiva. Estas experiencias le pusieron en contacto con destacados artistas como Joaquín Tudela, José Guiteras y Francisco Climent.

En 1951, con 30 años, decidió iniciarse en la pintura al óleo, emprendiendo un recorrido artístico que duraría hasta su fallecimiento en mayo de 2014. Sus primeras obras figurativas reflejan una filiación postimpresionista y costumbrista, con un trazo firme y ágil. Más tarde, exploró el impresionismo, movimiento que consideraba esencial por su capacidad de interpretar la naturaleza y abrir infinitas posibilidades cromáticas y expresivas. Como él mismo afirmaba:

“Con el impresionismo se logra la interpretación que con ella se hace posible lo que yo tanto valoro, como es disponer de las infinitas posibilidades que nos da la naturaleza: ese valor eterno, comprensible, evidente y abstracto”.

A lo largo de su carrera, Juan Francés evolucionó hacia un expresionismo personal, una visión interiorizada del mundo y del ser humano, que se manifiesta en una pintura profundamente colorista y emocional:

“La pintura ha de transmitir emociones y ser humanamente comprensible”.

Fue un espíritu libre, reacio a ataduras formales o grupales. Si bien formó parte inicialmente del Movimiento Artístico del Mediterráneo y de Arte Actual de Valencia, pronto se apartó de cualquier influencia que pudiera limitar su independencia creativa. Esta libertad se reflejó en una constante experimentación con la abstracción, que enriqueció su obra con armonías estéticas y vibraciones cromáticas únicas.

Durante su trayectoria, entabló amistad con importantes pintores valencianos como Manuel Real Alarcón, Ribera Berenguer, Joaquín Michavila, Delmer y Francisco Lozano, con quien compartió profundas afinidades creativas. También conoció al paisajista Benjamín Palencia, con quien coincidía en la necesidad de renovar el arte contemporáneo más allá del academicismo realista.

Gran aficionado a la música, autodidacta, desde joven aprende a tocar el violín, piano y sobre todo la guitarra, que junto a la lectura llenaban sus momentos de ocio. Esta pasión por la música se plasmó en muchas de sus obras, dedicadas a músicos e intérpretes, donde la estética y la expresión se funden en composiciones de gran sensibilidad.

Su obra, marcada por la autenticidad y la búsqueda constante, ha sido reconocida tanto en España como en el extranjero. Hoy día, se conservan piezas suyas en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y en ciudades como Frankfurt, Hamburgo, São Paulo, París, Washington, Barcelona y Nueva York.

Juan Francés fue, sin duda, un artista que vivió y creó desde la libertad, dejando una huella profunda en el arte contemporáneo español.

Trayectoria artística

Exposiciones en galerías

Sala Primavera. Castellón de la Plana. 1957

Centro Estudios Norteamericanos. Valencia. 1959

Tempo 68. Nueva York. 1969

Galería La Decoradora. Alicante. 1970

Sala de Arte Latín Quarter. Valencia. 1971

Galería Lázaro. Madrid. 1975

Sala Bargalló. Barcelona. 1976

Galería Estil. Valencia. Años 1969-73-74-75 y 76

Galería Guiteras “MAESTROS CONTEMPORÁNEOS DEL SIGLO XX”. 1977

Galería  Ribera. Valencia “ARTISTAS PREMIADOS SALÓN DE MARZO”. 1977

INTERARTE. Valencia. 1988

Galería Zúccaro. Madrid. 1989-90-91-92-93-94-95 y 96

LLADRÓ. Art Gallery. Nueva York. 1994

INTERART. Valencia. 1999-2000-2001

Sala Gabernia. Valencia. 1998-1999-2000-2001-2002

 

Concursos

1956    II SALÓN DE OTOÑO. Valencia

1956    V CONCURSO NACIONAL DE PINTURA. Alicante

1958    IV SALÓN DE OTOÑO. Valencia

1959    V SALÓN DE OTOÑO. Valencia

1959    CONCURSO NACIONAL DE PINTURA. Madrid

1961    ARTE ACTUAL. I SALÓN DE MARZO. Valencia

1962    III SALÓN DE MARZO. Valencia

1962    VIII SALÓN DE OTOÑO. Valencia

1964    X SALÓN DE OTOÑO. Valencia

1964    V SALÓN INTERNACIONAL DE MARZO. Valencia

1964    EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES 72. Madrid

1966    VII SALÓN DE MARZO. Valencia

1967    XII SALÓN DE OTOÑO. Valencia

1971    XVII SALÓN DE OTOÑO. Valencia

1972    EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES 72. Madrid

1973    PREMIO AZORÍN DE PINTURA. Alicante

1973    XIV SALÓN DE MARZO. Valencia

1973    PREMIO CIUDAD DE MURCIA. Murcia

1974    I SALÓN DE PRIMAVERA. Valencia

1993    SALÓN SIGLO 20 THE ART SHOW PALACIO FERIAS Y      CONGRESOS. Marbella

 

Premios

1964    Dos obras premiadas del X SALÓN DE OTOÑO adquiridas para el Ateneo Mercantil de Valencia.

1969    Obra seleccionada y adquirida por el Excmo. Ayuntamiento de Valencia.

1971    Primer Premio del XVII SALÓN DE OTOÑO de Valencia.

1972    EXPOSICIÓN NACIONAL DE BELLAS ARTES 72. Madrid. Obra seleccionada para la Exposición itinerante y adquirida para la Sección de Museos.

1973    Mención honorífica XIV SALÓN DE MARZO de Valencia.

1974    Medalla de Plata I SALÓN DE PRIMAVERA de Valencia.

1974    Obra seleccionada y adquirida por la Dirección Gral. de Bellas Artes para el MUSEO ESPAÑOL DE ARTE CONTEMPORÁNEO de Madrid.

1976    Obra adquirida para la Excma. Diputación de Barcelona.

Crítica resumida

Antonio Cobos (Decano de la Asociación Española de Críticos de Arte de Madrid) [1998]

“...Las atemperaciones cromáticas de la pintura de Juan Francés y sus mesuras lumínicas son exponentes de su sapiencia y maestría, porque a pesar de ellas su vigoroso expresionismo no deja de ser jubiloso. No cabe mayor maestría en las conjugaciones cromáticas, ni mayor sapiencia al calibrar las alturas de las gamas tonales, que la que tienen las creaciones de Juan Francés. Por algo es uno de los mejores pintores expresionistas en el firmamento de la pintura española actual.”

--- “...Todo el paisajismo, en bloque, de Juan francés, luminoso, graciosamente arbitrario en su rico cromatismo, temperamental, y armonioso en la conjugación de las gamas tonales, es comprobación rotunda de la inexorabilidad de la sentencia de André Lothe, cuando afirmaba, «la pintura no pretende convencer a nadie de la existencia de una verdad, sino comunicar sensaciones».

            "En su poder de comunicación radica precisamente la trascendencia de la obra de Juan Francés, puesto que, por medio del mismo, experimentan, los que la contemplan, el mismo gozo poético que experimentó el artista en el trance creador.

  Todo lo demás que puede decirse alabanciosamente del paisajismo de Juan Francés, referido a  la luminosidad atemperada del mismo, o al acendrado «Vangoghianismo» de sus armoniosas arbitrariedades cromáticas, es simple añadidura de gracia a sus transcendencias cruciales...”

--- “...En los paisajes de Juan Francés, así como en sus cuadros con interiores intimistas, se perciben concomitancias con la pintura de Van Gogh, que no son miméticas sino coincidentes. Lo extraño e inexplicable es que, la luz cegadora levantina, pueda haber incidido en la pintura de Juan Francés, de idéntica manera y con los mismos efectos que, lo hiciera en su día, sobre la pintura del tímido e iracundo holandés, la luz radiante pero tamizada de Arlés, en la Provenza francesa...”

Periódico EXPANSIÓN. Madrid [16-12-94]

“...La obra de Juan Francés se centra en el entorno natural. Destaca la fuerza explosiva de su paleta, donde el color es el elemento esencial. Sus obras, audaces y personales, ofrecen paisajes libres y vivos, a los que el artista guarda siempre fidelidad. Lo que le importa a Francés es señalar y dejar la huella, hacer que el toque de sus colores sea incisivo. Los rojos vivos, los azules intensos, los violetas y los amarillos conforman un universo inigualable...”

--- “...El pintor valenciano Juan Francés no puede, ni quiere, ocultar su procedencia levantina. Sus paisajes, rotundos y expresivos, están iluminados por esa luz única e irrepetible que es la mediterránea. Francés pretende, sobre todo, comunicar sensaciones, y lo consigue en sus exposiciones. Aunque posee un estilo inconfundible, se nota el influjo de Van Gogh en alguna de sus obras.

            A Juan Francés le apasionan las flores del campo, amapolas, lirios, girasoles y almendros, que pinta en su máximo esplendor y belleza...”

Periódico CINCO DÍAS, Madrid [10-12-94]

“La obra de Juan francés se mantiene fiel a su tendencia y convicciones tanto en cuanto al color como en su estilo enérgico y de reminiscencias expresionistas. El paso de los años no ha transformado su ímpetu cromático, de fuertes tonos y atrevidas combinaciones. Los rosas, los violáceos y los amarillos continúan protagonizando la paleta de este artista temperamental y audaz. Su temática, con algunas variaciones, se centra en los elementos naturales, especialmente en el paisaje abierto y las flores como elemento fundamental. No obstante ello no evita que el autor también realice algunas incursiones pictóricas por el género del bodegón. Su pincelada es rotunda, firme, decidida; ello contribuye a ahondar ese carácter enérgico, incluso violento, que imprime a sus obras. Esta característica contrasta con el silencio y sosiego que conlleva su temática.”

--- “... El trazo de su pincel acompaña al rigor y la fuerza de su paleta. Es un artista con genio y gran poder de decisión; no son pinturas suaves ni delicadas, son cuadros que impactan y que a veces resultan difíciles por su colorido, pero que son capaces de atraer la mirada del espectador...”

Diario ABC DE LAS ARTES, Madrid [Diciembre 1994]

“...Juan Francés es un artista valenciano que recorre en sus pinturas el trecho que hay desde los impresionistas a la fiereza cromática de Van Gogh sin caminos intermedios, si bien esta mixtura estilística puede llegar a coexistir en un mismo cuadro.

  Los paisajes y los bodegones se inventan a golpe de espátula; los troncos de los árboles reviven; los girasoles son astros que iluminan los campos y las amapolas ponen sus gotas de sangre en el verde de la campiña...”

Manuel Real Alarcón (de la Academia Europea de las Artes de París. Presidente de Arte Actual)

“...Nuevamente Juan Francés viene con su pintura contundente, sus paisajes de espíritu analizado, sus interiores íntimos, de tibieza humana, barcas melancólicas, flores con fobia de eclosión, colores candentes, arrebatados. Fuerza y fuerza, vigor y vigor; el martillazo sobre el lienzo en el que descubrir y poseer el misterio plástico. ¿Qué fibra mueve esa pintura? ¿Es la relación intencional con la técnica expresiva? Su pintura parece la dovela del arco cromático en tonos puros. No hay literatura en su obra. Su pintura, combinación de síntesis y objetivismo irreal, la despoja de anécdota, de recurso, desnudándola en vivencias biológicas eternas...

...El «campus» intelectivo y pasional en la plástica del autor, le sitúa en la eminencia de los grandes pintores, que tardíamente se les descubrió, luego, como genios...”

---“...La pintura que se realiza fundamentalmente cuando se siente, es decir, con la gestación precisa, sin la intención de la oferta y de la demanda, es lenta y tarda, con saboreo de confección, regusto del alma y prolongada contemplación exploradora, a través de su ciclo de creación. O sea, obra hecha con madurez artística.

            Juan Francés, pintor de prestigio, archiconocido por su calidad entre los propios artistas (que son quienes sancionan las obras) posee ese don divino de pasión, virtudes y conocimientos para lograr una obra óptima, en la que están incursos la genialidad, el arranque de lesión al lienzo, la visión, la retina espectro, el estilo caligráfico y la «difícil facilidad» que fluyen al pincel con marcada distinta personalidad. E instaura esa motivación espíritu-plástica llegada a su concepción, tan sólo, en el estado puro de gracia en el arte.

            La relación de los campos realidad-espíritu en la pintura está en razón directa, cualitativa y cuantitativamente con aquellos datos mencionados que informan la mente y el alma del artista. Y queda transfigurada aquella realidad en preocupación subyacente.

            Juan Francés impone en alguna de sus obras un cromatismo de signo contrario, pero deja puesta en ella el drama subjetivo, el vigor y la esencia. Su cuadro es el objeto normal, completo, que pasa inadvertido de tanta naturalidad y substantividad que hay vertidas. Y se puede decir que la fórmula de su técnica implanta comportamiento de severa y profunda entraña. Revela las riquezas de color y forma con la austeridad y honestidad de toda obra señera."

E.F. Periódico LA NACIÓN, Madrid.  [27-11-1991]

“...El sentido violento, casi febril, que el pintor Van Gogh sentía por el color, tiene en la pintura de Juan Francés un equivalente en lo que respecta a la sensación, a la impresión casi humana de las formas a las que se quiere dar voz de existencia; formas de la Naturaleza todas, ya sean flores, arbustos, perspectivas.

            Lirios, cardos, amapolas se entremezclan con aisladas casas entre campos solitarios y bajo atmósferas de tormentas sentimentales como estados de ánimo que el paisaje transmite al pintor. Todo está convulso como si un torbellino fuera a derribarlo.

            Buen dibujo que mantiene el orden del conjunto, lo que demuestra el buen oficio que tiene el pintor en su obra audaz y personalísima...”

Javier Rubio , Diario ABC. [4-1-90]

“...Su color, sus luces (que no son las tópicas de buena parte de la pintura levantina), su materia y su excelente dibujo le convierten en un artista de fácil acceso para los aficionados a la pintura al aire libre...”

“...Son paisajes de gamas atrevidas, de cielos terribles a veces, de un expresionismo domeñado siempre por la línea creadora, por el perfil que todo lo encierra y, al mismo tiempo, todo lo libera. Un expresionismo al que aludía Carlos Sentí cuando escribió que Francés “gusta de deliberadas exageraciones que ponen un acento, una nota de expresionismo sobre toda la composición”.

Como un desafío (acaso a sí mismo). Juan Francés incluye en este conjunto girasoles y lirios para demostrarse (y demostrarnos) que cada pintor, es capaz de enfrentarse a temas «agotados» por los grandes maestros sin que su aportación propia desmerezca...”

Santiago de Santiago (Escultor) [1972]

“Juan Francés es un artista temperamental. Capta como sin querer –como las estrellas brillan-, y transmite y emociona con su amplia sensibilidad.   

Semanario de Arte EL PUNTO, Madrid.

“...Juan Francés es un pintor valenciano que fuera del costumbrismo tan en uso y de paisajes seriados, se ha afanado para encontrar el sol y desde sus rayos vivificadores alimentar el calor, y los colores que son los que comunican sensaciones de tanta variedad.

            Campos de amapolas, rojas a reventar, margaritas virginales, verdores con la fuerza de un ciclo que nutre para que los pálpitos sigan: «Geranios», «Lirios», «Cerezos en flor» o «Tierras rojas con almendros», son títulos de unos cuadros que afirman los latidos de la creación en su mejor galanura.

            Y es que Francés tiene recursos y mantiene su ilusión. Recursos fundamentales como el dibujo que esboza y perfila, que une, armoniza y hace temario; los procedimientos pictóricos que son manipulación inteligente de la materia, la coloración y los efectos especiales desde una realidad emocional que siempre impone su estilo. Por eso hay tantos grados, tantas intensidades, tanta fuerza en sus panoramas territoriales, en la flora y en sus espacios consecuentes...”

Carlos García Osuna (Diario YA. Madrid) [Diciembre 1992]

“...Seguramente se inspira del natural, aunque luego carga de color el recuerdo y deja que se desboque el cromatismo como en un incendio en el que los rojos, los amarillos y los verdes son las llamas crepitantes. Sin embargo, la devoción impresionista de olivos, lirios, adelfas, almendros, girasoles y amapolas, coexiste con la empastada materia que organiza el ámbito alrededor de ese tornasolado florilegio en el que la composición está adecuada a la simbología tonal del color.

            Francés no puede negar su vinculación con los impresionistas, ni tampoco la luminosidad mediterránea y es otra de las claves de su pintura, porque, como aseguraban los escultores mediterráneos, con Arístides Maillot a la cabeza, “ellos modelaban la luz”, y Juan Francés eterniza sus paisajes más próximos con fruición apasionada...”

A.M. Campoy (Diario ABC de las Artes) [31-12-92]

“...Hay en éste expresionismo de Juan Francés bastante del levantino, con menos halagos a la naturaleza, con menos sensualidad. Donde Juan Francés se muestra en toda la pureza de su «levantinidad» es como pintor de flores, en las que ciertamente «vangoghea», pero en las que queda al margen suficiente del fulgor levantino para identificarse como hijas de su orilla mediterránea.

            Las flores de Juan Francés pugnan por escapar, y casi siempre lo consiguen, del canon algo solemne que siempre se le dio en la pintura al género, desde la canastilla con flores de Juan de Arellano, que parecen no librarse de su filiación de guirnaldas jesuíticas, hasta el pulcro «bouqué» de Odilon Redon. No se sabe por qué se quiso dar al género el orden que todavía tiene, como podemos ver en las cargas de geometría floral que ha pintado Diego Rivera.

 Las flores de Juan Francés son flores en libertad, naturaleza en libertad, flores que anima un soplo vital que es, en definitiva, el que anima a nuestra pintura levantina.

            Yo prefiero con mucho este Juan Francés de la paleta encendida y hasta agresiva a cualquier otro, porque tiene sobradas facultades de pintor...” 

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